El despertar ciudadano ante las crisis climática y democrática.

Samuel Martín-Sosa, responsable de Internacional de Ecologistas en Acción. Revista El Ecologista nº 85.

La resistencia global al fracking goza de buena salud. En este libro recién publicado, se pretende reflejar la diversidad de las luchas al tiempo que aportar frescura, algo esencial para mantener el ánimo en esta resistencia, y argumentos para que la oposición a esta técnica sea más contundente.

En una conversación informal en París con colegas de la red Euromagrebí contra el Fracking, en agosto de 2014, surgió medio en broma la idea de publicar un pequeño libro con las muchas anécdotas que la violenta irrupción del fracking ha ido dejando.

Algunas que parecían sacadas de una película de mal gusto, como el caso de la explosión de un pozo de Chevron en Pensilvania que mató una persona, hirió a otra y produjo un incendio en la localidad de Bobtown que duró cinco días, durante los cuales la población estuvo expuesta a nadie sabe qué contaminantes atmosféricos. La compañía, a modo de disculpa, envió a los vecinos una carta acompañada de un cupón canjeable por una pizza y una botella de refresco. Eso sí, para evitar la avaricia de los locales, el cheque era válido solo para una pizza Combo, no fuera a ser que se les ocurriera pedir la Suprema.

Otras entrañables, como el enfrentamiento que tuvo la anciana Maria Dediu, palo en mano, con la policía antidisturbios la madrugada del lunes 2 de diciembre de 2013, cuando intentaba acceder a la zona donde cientos de antidisturbios, traídos desde varias zonas de Rumanía, desmantelaban brutalmente y por sorpresa el campamento de resistencia que los habitantes de Pungesti, al nordeste del país, habían levantado dos meses antes para protestar contra los planes de fracking: “¿A dónde va, abuela? Por aquí no se puede pasar”, dijo el policía. “Voy en busca de mi muerte. Si estáis golpeando brutalmente a la gente de mi pueblo ahí abajo, es ahí donde yo también quiero estar”, respondió.

Y otras clarificadoras, como el caso de Rex Tillerson, Director de ExxonMobil uno de los mayores productores de gas de EE UU. Las ventajas del fracking para las comunidades, tan cacareadas por la industria, no deben ser tales, cuando este personaje decidió unirse a título personal a una demanda contra los planes de fractura hidráulica de otra empresa cerca de su casa de Texas. Los demandantes se oponían al levantamiento de una torre de cincuenta metros de altitud de extracción de agua necesaria para el fracking, por el aumento de ruido y tráfico que se derivaría de la actividad.

La conversación de París quedó ahí. Pero más adelante, tirando del hilo, nos dimos cuenta de que realmente mucho más allá de la anécdota, en las experiencias narradas en las distintas reuniones por compañeros de diversos países, había material muy interesante para hacer un relato coherente desde la resistencia. Experiencias de lucha variadas que se habían servido de diversos mecanismos y estrategias para conseguir sus objetivos de resistir, en ocasiones con bastante éxito, al empuje de la industria del fracking en los territorios. ¿Porque no compartir estas historias, que podrían ser aprovechadas por el resto del movimiento global contra fracking? Así nació este libro.

Objetivo del libro

El libro pretende por tanto ser ante todo un elemento de inspiración para el activismo antifracking. Una forma de visibilizar la fortaleza y determinación de su lucha. Quiere ser además un guiño solidario para aquellos lugares del planeta donde los activistas lo tienen más difícil, como los países del Magreb, azotados por la corrupción, donde no solo es difícil acceder a la información de los proyectos y donde todo debate sobre la fractura brilla por su ausencia, sino donde el mero hecho de constituirse como asociación está plagado de obstáculos legales y donde por el simple hecho de participar en una manifestación pacífica se corre un alto riesgo de ser arrestado. Las detenciones arbitrarias ocurridas durante las protestas argelinas contra el fracking a comienzos de 2015 lo confirman. O lugares como China, país con vastas reservas que ya produce gas de esquisto de forma comercial, donde la resistencia social, de todos es sabido, no es un asunto fácil.

En el libro se incluyen historias de Europa, América del Norte, América del Sur, África y Oceanía. El libro intenta conectar acciones y visiones de personas y movimientos que no se conocen unos a otros y que residen en lugares alejados del Planeta, pero que se resisten por igual a asumir la inercia de la lógica dominante, que nos vende que nuestra sociedad necesita seguir extrayendo combustibles fósiles para que la economía no colapse. La sociedad está despertando y tomando conciencia de que, precisamente, seguir por esa vía es lo que nos hará colapsar.

Quince luchas

Se ha escogido una selección de quince luchas icónicas a niveles muy diversos. En la mayoría de los casos las cuentan sus protagonistas, en primera persona, como no podría ser de otro modo. Hay luchas personales en los tribunales como las de la familia de Lisa Parr en Texas, o la de Diana Daunheimer en Canadá. Mujeres valientes que han sufrido los efectos del fracking en carne propia y han visto como alteraba su vida, su salud y la de sus hijos. Batallas a nivel local por obtener el derecho a prohibir la técnica, como la acontecida en el municipio de Dryden en el estado de Nueva York. Rumanía o Polonia por su parte nos inspiran con la lucha estoica de campesinos pacíficos frente al poder corporativo defendido por un Gobierno represor.

Encontramos también campañas que buscaron la alianza de diversos sectores para hacer frente común, como el caso de la Multisectorial contra la Hidrofractura de Neuquén, en Argentina, o la exitosa alianza de Neoyorquinos Contra El Fracking. O iniciativas que se extendieron como la pólvora, como la decisión de “cerrar la puerta” a los perforadores en Australia, los municipios “libres de fracking” en el Estado español o la Resolución de Korbach en Alemania. Además el libro incluye una selección de fotos de algunas de las luchas relatadas en el texto. Las historias se han seleccionado considerando que aportaban algo diferencial, algo aprovechable para otros movimientos o algo particular que merecía la pena ser compartido.

La resistencia global al fracking goza de buena salud. El primer capítulo se dedica a analizar cómo hemos llegado hasta aquí, cuáles han sido los logros principales del movimiento y cuál es su potencial en el actual contexto de multicrisis.

El libro también pretende aportar frescura, algo esencial para mantener el ánimo en la lucha. En este sentido hemos recuperado y ampliado en un capítulo aparte, esa selección de anécdotas o curiosidades que ya empezamos a rumiar aquel día de agosto de 2014.

En su capítulo final el libro aporta un sencillo argumentario de bolsillo para recordarle a quienes cuestionan este movimiento de resistencia que sobran las razones para oponerse al fracking.