• Decenas de miles de personas se movilizaron ayer en 30 ciudades de todo el Estado contra el acuerdo comercial entre Canadá y la UE.
  • El CETA es conocido como el “TTIP canadiense”, ya que reproduce los mismos problemas y riesgos que el tratado de la UE con EE UU.

La campaña No al TTIP, que aglutina a más de 350 organizaciones sociales, ecologistas, sindicales y políticas del Estado español, entre ellas Ecologistas en Acción, movilizó a decenas de miles de personas en más de 30 ciudades españolas contra el CETA, el tratado de libre comercio que se está negociando entre la UE y Canadá. La jornada de ayer se convirtió en un día de acción global para demandar al Parlamento Europeo que vote “no” al acuerdo comercial y de inversiones entre la UE y Canadá.

El próximo 14 de febrero el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo votará la ratificación del CETA. En el caso de que se ratifique, amplias secciones de este acuerdo comercial y de inversiones se aplicarán provisionalmente, incluso antes de que sea votado para su confirmación final en los distintos parlamentos nacionales de los 27 miembros de la UE.

«La sociedad europea se rebela contra el contenido de estos acuerdos, que están pensados únicamente para incrementar el flujo de inversiones, el comercio y el poder de las grandes empresas», ha declarado Cuca Hernández, portavoz de la campaña. «El CETA considera barreras comerciales a las salvaguardas para la salud y el medio ambiente; trata de establecer tribunales para garantizar las ganancias de las grandes multinacionales; y desregulariza muchos aspectos que tienen relación con los servicios públicos y los derechos laborales. Aunque nos lo quieran vender como un intento de gobernar la globalización, el CETA ahonda en la actual crisis de desregulación del mercado y el empleo».

El pasado mes de diciembre la resolución de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales (EMPL) recomendó votar en contra el CETA. El próximo 24 de enero será la Comisión de Comercio Exterior (INTA) quien tenga que definirse sobre el tratado.

Por este motivo, la campaña No al TTIP ha mantenido numerosos contactos con europarlamentarias y europarlamentarios y ha celebrado reuniones con representantes de algunas fuerzas políticas en el Parlamento Europeo.

La campaña ha constatado la profunda división interna que existe en los grupos socialdemócrata (S&D) y demócrata-liberal (ALDE), donde diversos europarlamentarios han votado en contra de este tipo de acuerdos y han expuesto sus preocupaciones ante los graves peligros que implica la aplicación de este tratado en aspectos como el empleo, el sector agrícola, el principio de precaución, los servicios públicos o la futura cooperación reguladora.